¿Quién soy?

¡Hola! 

Soy Angie y me apasiona lograr que todos tengamos fotografías que nos encanten. Todos podemos tener esas fotografías que  sentimos que somos “modelos de revista” y que queremos dejar para siempre en nuestro perfil en las redes o imprimir en grande para colocarlas en el salón… y yo creo que lo importante para lograrlo (además de un fotógrafo que sepa capturar tu mejor expresión) es que disfrutes de una sesión agradable y que su resultado hable de quién eres.

Para lograr que una sesión se disfrute, yo dedico tiempo tanto en la sesión como en la preproducción y la postproducción. Me encanta conversar con quien tengo delante del lente mientras hago su sesión, porque lo que dice y cómo lo dice me da las pistas para poder capturar su mejor gesto, su mejor ángulo y su mejor sonrisa. Antes de la sesión me dedico a decorar los escenarios, a recomendar los vestuarios ideales y a cargar de significado cada detalle… esta organización previa es clave para garantizar el buen desarrollo de la sesión. Y después de la sesión, me ayudo con herramientas maravillosas de edición que nos permiten bañar aún más de magia las imágenes.

Soy Licenciada en Comunicación y trabajé durante 10 años en marketing y publicidad, lo que probablemente haya condicionado mi cerebro y me haga pensar constantemente en lo que quiero que diga cada imagen. Y para que la imagen diga algo que conecte con el protagonista de esa fotografía, para mí es muy importante conocerle y prestar atención a los detalles. Mi misión es que al pasar los años, cuando cada persona vuelva a ver esas imágenes que han hecho conmigo, evoquen esos momentos de felicidad y alegría que vivían, que recuerden no sólo cómo se veían sino también cómo se sentían en esa época de sus vidas.

Mi mayor pasión es lo que expresa cada fotografía sin que nadie tenga que contarte la historia y, con el pasar de los años, eso me ha hecho una enamorada de la fotografía familiar e infantil. Soy madre de dos pequeños que me han cambiado la vida y me han hecho cambiar la forma de ver cada cosa. El tenerlos me da la inspiración cada día en mi trabajo. Y también me ha hecho descubrir en esa inocencia y en esa pureza que solo tienen los niños, que la vida tiene muchísimos momentos preciosos que merece la pena disfrutar y fotografiar para recordarlos siempre.